Una Historia de Resiliencia y Colaboración, en un rincón remoto de la ciudad.
En el corazón de Colombia , en la ciudad de Bogotá , se cencuentra Tocaimita un barrio remoto ubicado en la parte oriental de Usme. En este lugar cinco universitarios se enfrentaron a un desafío que cambiaría vidas: crear una huerta comunitaria en colaboración con una comunidad indígena. Pero su misión iba más allá de la agricultura; buscaban aprender, reír y plantar las semillas de los sueños de los jóvenes que se unirían a ellos. Acompañados por la Fundación APUCS, estos jóvenes tuvieron la encomienda de empoderar a treinta jóvenes de diversas comunidades indígenas, incluyendo Pijaos, Nasa, Emberá, entre otras.
*Un grupo de entusiastas niños y jóvenes de la comunidad indígena se unen para trabajar en la huerta, demostrando su compromiso con la agricultura y el aprendizaje.
El inicio de esta inspiradora historia se dio en un soleado sábado, cuando los cinco universitarios decidieron explorar el terreno destinado a la huerta. El lugar presentaba un desafío adicional: las camas de cultivo habían sido descuidadas durante mucho tiempo. A pesar de los obstáculos, estos estudiantes estaban decididos a hacer la huerta un espacio educativo y atractivo. Llena de colores y dibujos temáticos de cada planta, la huerta fue cuidadosamente planificada para inspirar a los jóvenes.
Un revés inesperado ...
Después de semanas de arduo trabajo, un revés inesperado cambió el rumbo de su proyecto. En un fatídico sábado de práctica, el grupo se enteró que no podían continuar en el terreno original debido a diferencias internas en la comunidad. A pesar de la desilusión, los universitarios y los jóvenes decidieron buscar un nuevo terreno para hacer realidad su sueño de la huerta.
Horas de búsqueda dieron sus frutos cuando encontraron un terreno más pequeño pero viable. A pesar de la necesidad de ajustar sus planos, la emoción de crear la huerta no disminuyó. Con la ayuda de la Fundación APUCS, se centraron en el conocimiento de las plantas que cultivarían en la huerta. Libros, vídeos, consejos de expertos y observaciones del terreno se convirtieron en herramientas de aprendizaje.
*Con herramientas rudimentarias pero un espíritu inquebrantable, los jóvenes aran la tierra, preparando el terreno para el florecimiento de sus plantas y aspiraciones.
¡Surge un nuevo desafío!
Después de investigar y debatir, se decidió que las plantas medicinales, como Caléndula, Yerbabuena, Ruda, Manzanilla, Menta, Romero y Toronjil, serían las más adecuadas para la huerta. Sin embargo, surgió un nuevo desafío: no todas las semillas cabrían en las tres camas de cultivo existentes. Sin embargo, su determinación y espíritu de equipo prevalecieron, y solicitaron y obtuvieron un terreno adicional para dos camas de cultivo más.
*Manos hábiles y entusiastas preparan meticulosamente las camas de cultivo, creando un espacio colorido y acogedor para el crecimiento de plantas y sueños.
Con nuevas camas de cultivo preparadas, las semillas restantes encontraron un hogar. La historia de esta huerta comunitaria no solo habla de la resiliencia y el esfuerzo de estos jóvenes universitarios, sino también de la colaboración inquebrantable con la Fundación APUCS y la comunidad indígena. A pesar de los obstáculos iniciales y las tensiones, estos jóvenes demostraron que, con perseverancia y adaptabilidad, se pueden superar los desafíos aparentemente insuperables.
*Jóvenes de la comunidad indígena marcando cuidadosamente con madera los espacios donde sembrarán las plantas en la huerta, demostrando su compromiso con el proyecto.
¡símbolo de fortaleza y unidad en Tocaimita !
La huerta comunitaria no solo se convierte en una fuente de alimentos y medicinas, sino también en un símbolo de fortaleza y unidad. A través del aprendizaje compartido, la risa y la siembra de "semillas de sueños", esta historia nos recuerda que cuando nos unimos en pos de un objetivo común, podemos superar cualquier adversidad y cosechar el éxito en comunidad.
*niños y jóvenes de la comunidad indígena se reúnen para aprender, crecer y fortalecer los lazos comunitarios.
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